LA TIERRA PARA EL QUE... LA PUEDA PAGAR
Bajo el paraguas de la crisis
se cocinan medidas que muy poco o nada ayudan a la recuperación del país. La
crisis económica, real, brutal, que ha cambiado dramáticamente la vida de
muchas personas, está sirviendo como pretexto para llevar a cabo el
desmantelamiento de un modelo de sociedad, del servicio público, del estado de
bienestar, un modelo que ha permitido el desarrollo de nuestros municipios, de
nuestro país, durante 33 años de democracia municipal.
La crisis debe ser atacada
desde sus propios cimientos: a corto plazo, debe atenderse prioritariamente a
quien más lo necesita, protegiendo a los más vulnerables, al tiempo que se
aplican políticas de expansión que permitan la creación de empleo (y de
protección del que aún queda). A medio y, sobre todo, a largo plazo, debe
reforzarse la educación, en todos sus niveles (0 a 3, enseñanza primaria,
secundaria… universitaria y profesional), pues es la formación la única
garantía de futuro, el eje fundamental del progreso de una sociedad.
Los recortes llevados a cabo
por los diferentes gobiernos (central, autonómico…), se quieran denominar como
se denominen, no se fundamentan en cuestiones económicas, sino ideológicas: la
deconstrucción del modelo de equidad social, atacando directamente a la base
del mismo, educación, sanidad, cultura y
servicios sociales.
Los grandes constructores del Estado de Bienestar han sido, han de seguir siendo, los Ayuntamientos. Ahora
más que nunca. Ahora, cuando el gobierno del Estado, en el marco de una Europa
conservadora, ha iniciado su particular ofensiva contra el estado de bienestar,
cuando la mayoría de Comunidades Autónomas (Catalunya, sin ir más lejos), han
decidido dar un paso atrás, son los Ayuntamientos los que han de velar por el
mantenimiento de las condiciones que aseguren la cohesión social, la protección
de los más vulnerables… los llamados a luchar en defensa del Estado de
Bienestar.
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